miércoles, 1 de julio de 2015

El cómic independiente en Medellín: los trazos de una generación

Los cómics, historietas y tiras cómicas nos divierten a todos. Pero este mundo es muchísimo más rico que un par de chistes al final del periódico.

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.


ESTAMOS VIVIENDO LA SEGUNDA EDAD DORADA DEL CÓMIC: de unos años para acá se han venido publicado obras tan calidosas, que han puesto las historietas al mismo nivel de las bellas artes y la literatura.

En Medellín hay una escena importante: lectores, libros, sitios web, comunidades, eventos, autores y algunos negocios.

El cómic es tan versátil como el cine y en Medellín hay para todos los gustos: están los aficionados al manga y el cosplay japonés, los seguidores de las grandes historias de superhéroes, y los autores experimentales, herederos del cómic independiente de hispanoamérica y Estados Unidos.


El nacimiento de una estrella

¿Estamos viendo nacer una industria del cómic paisa, o al menos colombiana, con identidad propia? ¿Se podrá algún día vivir de esto?

Hablamos con 4 personas que tienen un papel (y una pluma) destacada en el medio del cómic local, para conocer su opinión:

  • Johny Benjumea, “Joni B”: artista, profesor de artes visuales, autor del libro Parque del Poblado y del blog Podría ser que sí.

“Joni B” es de San Carlos, Antioquia, ha publicado libros de cómic como “Maldito planeta azul”y “Parque del Poblado”.

“Fin de semana”, un cómic de Joni B en su blog “Podría ser que sí”.
“Machos”, un cómic de Joni B en su blog “Podría ser que sí”.


El cómic en Medellín

Pablo Pérez (Altais) dice que en ciudades como Medellín, Bogotá, Cali, Manizales y Pereira, sí hay una escena del cómic sana y en crecimiento.

“Los autores están explorando el relato autobiográfico, pero nos faltan espacios para contar historias. Si hablamos de industria editorial, la escena es adolescente. El mercado son los amigos y los conocidos”.

Daniel Jiménez, director de la Revista Larva, dice que la escena es incipiente pero que hace 10 años ni siquiera existía. Había lectores y autores, pero no un ecosistema como el de hoy.

“El reto es atraer nuevos lectores además de los que ya son apasionados por el cómic. También crear obras contundentes y ambiciosas, que aprovechen todo el potencial del lenguaje del cómic para resonar con el público”.


¿Sí hay público para nuestros cómics?

“Hay pocas cifras y estudios, son más las especulaciones, el ensayo y error”, dice Daniel Jiménez, director del festival Entreviñetas (que realizó más de 80 eventos en 3 ciudades el año pasado).

Altais, por su parte, dice que en la ciudad hay gente dispuesta pagar 20 mil pesos por una historieta gringa, pero no comprarían el fanzine de un autor local que vale la mitad. “Quizás a los autores nos falta pensar en términos de producto, de crear una experiencia, porque el cómic también es una forma de entretenimiento”.

El público es complicado en toda Colombia, pero sobretodo en Medellín, dice Álvaro Vélez (Truchafrita). “Acá un libro en 10 mil pesos es muy caro, cuando en Bogotá los libreros dicen que le subamos”. Johny Benjumea (Joni B), concuerda: “aquí no estamos tan dispuestos a pagar por un cómic, siempre buscamos lo regalado”.



Pablo Pérez firma como “Altais” sus trabajos como dibujante de cómics. En su blogPeriodista Ilustrado reúne sus trabajos de narrativa e ilustración.


“Bienvenidos a la tierra del café”, una caricatura de Altais en su blog “Periodista Ilustrado”.

“Hacer una historieta”, un cómic de Altais en su blog “Periodista Ilustrado”.


La batalla de las plataformas

Hoy podemos encontrar cómics en periódicos, revistas, fanzines, libros de pasta dura,ezines (fanzine digital), blogs y librerías virtuales.

Altais, por ejemplo, lee y publica en digital “en Medellín hay mucha gente leyendo cómics de Estados Unidos y Japón en Internet. Yo descargo muchos en .pdf y los leo en mi celular o mi portátil. Por eso todo mi trabajo también está en línea”.

Pero también se hacen esfuerzos por imprimir cómics. Robot, por ejemplo, es la editorial que co-fundaron Truchafrita, Joni B, y otros más. “Nuestros libros se pueden conseguir en Medellín en las librerías Palinuro, Ex-libris y Grammata, y en Bogotá con la distribuidora La Diligencia.

“El lector de cómic -dice Daniel Jiménez- no se queda en una sola plataforma: esomnívoro. En Colombia, los espacios alternativos han sido más generosas para los autores ya que el terreno más tradicional renegó durante muchos años del cómic. Hay más caras en fanzines y en internet”.


Un cómic con verraquera

Para el director de la Revista Larva, Daniel Jiménez, el autor de cómic se encuentra hoy en un cruce de caminos y referencias. “Como el reto no es solo gráfico, sino también narrativo, hay que valerse de referentes en la literatura, el cine, la música, las artes visuales y el diseño”.

“Algunos recogen abiertamente las influencias del cómic extranjero para contar historias de acción, superhéroes y ficción científica. Otros, aunque también se alimentan de esos referentes, se atreven a experimentar un poco. Un tercer grupo es abiertamente experimental y crea un estilo personalísimo, más concentrado en la historia que en la espectacularidad de la imagen.

Todos esas apuestas son válidas y hacen su aporte en la consolidación de una escena del cómic con dibujantes, autores y lectores. “Pero yo me atrevo -dice Daniel- a afirmar que el último grupo ha logrado las transformaciones más importantes en el cómic colombiano (y mundial) en los últimos años”.

Álvaro Vélez es historiador, da clases en la Universidad de Antioquia y le encanta dibujar cómics, además lleva más de 20 años haciéndolo. Firma como Truchafrita.

“Otro cómic listo”, un cómic de Truchafrita en su sitio web.


“Detective Muñoz contra medio país”, un cómic de Truchafrita en su sitio web.


¿Vamos para una industria cultural del cómic?

En nuestro país hay autores destacados, para la muestra:


Sin embargo hay un limitado desarrollo de negocios en torno a este mercado. Uno de los proyectos más destacados en Medellín es la Editorial Robot, que ha publicado autores de cómic independiente, ilustración y libros-álbum (los que los niños usan para aprender a leer, pero que también le encantan a los adultos).

Robot empezó a editar libros que se fueron vendiendo bien. “En esa época no tuvimos en cuenta que la distribución es muy costosa (más de la mitad de los costos de la editorial). Vendimos libros en 15 mil pesos, que teniendo en cuenta la distribución deberíamos haberlo cobrado 10 mil pesos más caro”.

“Los libros se venden -dice Truchafrita por su parte-, alcanza para financiar la edición de otro libro. Editamos 2 o 3 libros al año, y nuestro catálogo es de 30 títulos, con tirajes de mil ejemplares. Otras editoriales, con más gente y más capital podrían hacer todos esos títulos en un solo año”.


Pablo Pérez “Altais” tiene una gran colección de cómics en formato digital, para ver en su celular móvil o portátil.

Revistas que acogen al cómic colombiano, algunas especializadas como Larva y Acme. También algunas ediciones ganadoras de becas de creación.


Ediciones especiales de cómics estadounidenses, europeos y japoneses, de la colección personal de Pablo Pérez “Altais”.

Libros de cómic editados en Colombia (y también se coló un fanzine). Para producir estos libros y distribuírlos se necesita mayor capital.

Fanzines de autores colombianos. Este formato es más barato y el autor lo distribuye por su cuenta.


¿Para hacer cómics hay que ser buen dibujante?

El dibujo es lo que a primera vista diferencia un cómic de otros, así que la creatividad es importante: cada historia necesita una solución gráfica original.

Joni B es artista plástico y sabe emplear varias técnicas, análogas y digitales. “Es un asunto personal, cada autor trabaja a su manera: mis originales son completamente análogos, pero también se puede dibujar en papel y luego agregar color y textos en digital, o dibujar directamente en el computador”.

A sus estudiantes del Instituto Bellas Artes les dice que hay que dibujar muy bien, pero sobretodo hay que ser un buen narrador.


La historia es el alma del cómic

Los cómics no son solo chistes o acción, hay toda clase de historias: de crítica social, históricas, de ciencia ficción, autobiográficas, entre otras.

Altais dice que una buena historia lo es todo. “Una cosa es la historia y otra la solución gráfica: es más importante lo primero”. Como lectores es probable que aceptemos casi cualquier dibujo si la historia es buena y nos llama la atención, pero ni el mejor dibujante puede rescatar una mala historia.

Truchafrita, por su parte, ha editado a varios autores locales de cómic y ha sido jurado en becas de creación artística. Para él, “lo más importante es que el autor sea sincero consigo mismo. Si no, no conseguirá contar una buena historia.”

Además, recomienda hacer muchos fanzines (publicaciones a baja escala, baratas, que el mismo autor puede editar y distribuir). “Hay muchos que se queman intentando hacer un libro, en vez de hacer fanzines para aprender a escribir, a dibujar, a usar programas de diseño, a editar una publicación y distribuirla”.

“La distancia entre extraños” es un libro de ilustración de Mónica Naranjo Uribe, publicado por la Editorial Robot de Medellín.


“El cuy Jacobo y el tesoro Quillacinga” es un cómic del autor Ivanquio.


“Luto rosa” es un cómic de Pablo Marín Ángel (El señor Juanito), publicado por la Editorial Robot de Medellín.


“MEH” es un cómic de Lina Moreno, es su trabajo de grado en artes de la Universidad Nacional.


Una nube de moscas es un cómic de la autora MRZ.
Raquel y el fin del mundo es un cómic de Mariana Gil Ríos, publicado por la Editorial Robot de Medellín.

“Pecas” es un cómic (más cercano a los álbumes ilusterados para niños) del autor Jim Pluk.


¿Cómo me vuelvo un historietista fanzinero?

Hay muchas formas de trabajar, no hay fórmulas únicas. Tampoco hay que desesperarse: concéntrate en tu historia y tus dibujos. Haz un fanzine o varios. Destrúyelos. Crea un blog. Escucha las críticas. ¡No hay afán!

Los cómics en Medellín se suelen hacer en 3 escenarios: como trabajos de grado, como proyectos ganadores de una beca a la creación del Municipio, la Gobernación o el Ministerio de Cultura, o como afición, por el disfrute de crear tus propias historietas.
  • Trabajo de grado: desarrolla una propuesta sólida, con una buena historia y una propuesta gráfica coherente. Trata de publicar el resultado en la web o a través de editoriales especializadas, para que tu trabajo no se quede archivado.
  • Proyecto ganador de una beca: preséntate con seudónimo y un buen proyecto, un proyecto ganador. No hay que inventarse algo a una semana del cierre, mejor trabaja todo el año y muestra una obra adelantada. Anticipa las preguntas del jurado y asesórate con gente que también haya ganado.
  • Afición: dibuja y cuenta historias en cualquier momento del día. Publica en un blog o en fanzines. Para tener solvencia económica explora la docencia, el periodismo, la ilustración y la comunicación freelance.

¿Vivirás de esto en el futuro?

“Para hablar de industria cultural -concluye Truchafrita-, hay que editar más autores, tener más catálogo y llegarle a más públicos, también vender más y hacer más distribución. Esto es un negocio: hay que reunirse con clientes, hacer contactos, llevar la contabilidad, pagar una sede. Eso muy importante, pero hay que dejar tiempo para dibujar, que es lo que más nos gusta.

Hablar industrias culturales es hablar de emprendimiento y negocios. A muchos artistas puede no gustarles, y no se trata de volverse comerciante, sino de explorar proyectos junto a gente con perfil emprendedor. Hoy en día, el arte y las historias son una fuente más de desarrollo económico, que algunos saben aprovechar para contar historias de calidad a todo el mundo.


Los retratos de Álvaro Vélez "Truchafrita" y Johny Benjumea "Joni B", que fueron cedidos por ellos mismos, las demás fotos son mías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario