viernes, 31 de julio de 2015

La “identidad secreta” de los silleteros de Santa Elena

¿Sabes quiénes están detrás del traje de silletero? Pueden ser tus compañeros de estudio o de trabajo, ¡a qué no te lo imaginabas!

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.


LA CULTURA SILLETERA ES DE ORIGEN CAMPESINO, pero hoy en día muchos silleteros no cultivan sus flores, como sí lo hacían sus abuelos.

Para muchos, el cambio de vocación económica en Santa Elena es una amenaza para la tradición silletera, pero otros creen que la innovación es indispensable para que los silleteros se mantengan en el tiempo.


A toda velocidad loma abajo

A toda en cicla por los caminos de los abuelos.

Le fascina “todo lo que tenga ruedas”. En su cicla de downhill, va a toda velocidad por los caminos de herradura que los silleteros pisaron cientos de veces llevando flores, productos del campo, carbón y leña, para vender en los barrios de Medellín.

Una vez se cayó de la cicla, se dio durísimo y casi se fractura varias costillas. Pero aparte de eso y los raspones de todos los días, se mantiene ileso.

¡Más puntos por salpicar!

Las trochas pantanosas de Santa Elena son un paraíso para hacer downhill.


Las bicicletas son la pasión de este joven santaelenita (foto archivo personal).

La abuela Elisa le ayuda a dejar bien linda la silleta el día antes del desfile.

En el desfile de silleteros, Juan David ha cargado tres veces una silleta tradicional (foto archivo personal).

“Ese Juan David vuela” dice Elisa Londoño, su abuela materna, que participó durante 45 años en el Desfile de Silleteros. Juan David ha cargado 3 veces una silleta tradicional en la categoría junior y las 3 veces ha sido finalista. Sus dos abuelas le ayudaron mucho.

“La silleta tradicional lleva las flores nativas de Santa Elena, pero me gustaría cargar una silleta monumental, porque es la más grande y tiene mayor variedad de flores, algunas exóticas”.

Juan David Gallego sueña con enamorar a más jóvenes de las bicicletas y no descarta estudiar administración. Sus dotes de liderazgo y emprendimiento son evidentes: él ha inspirado a más de uno a practicar el downhill y otras modalidades de ciclomontañismo.

Este año verá desfilar a su papá Juan Alejandro por última vez. Heredará su contrato y volverá al desfile, esta vez como adulto.


Bien pila la silletera

Una futura ingeniera de sistemas con herencia silletera.

La ingeniería es una forma de crear cosas, de solucionar problemas a partir de la creatividad y la innovación”.

Así habla una joven estudiante de ingeniería de sistemas de la Universidad Eafit, muy, pero muy inteligente. Es becada y una de las favoritas de sus profesores. Este semestre desarrolló un software para la contabilidad y trazar las mejores rutas de una comercializadora de flores.

Cultivar claveles de exportación también es una labor delicada y de mucha paciencia.

Alejandra Colorado vive muy cerca de la casa de sus abuelos, campesinos de pura cepa.

Maria Alejandra Colorado en un desfile de silleteritos (foto archivo personal).

Cuando no está pensando en un algoritmo, le ayuda a Doris Ríos, su mamá, en el delicado cultivo del clavel. Doris lleva 10 años mostrando lo mejor de su cultivo en Orquídeas, pájaros y flores.

“Hay jóvenes de Santa Elena que no tienen interés en conservar la cultura silletera. Pero algunos compañeros de la universidad me preguntan que cómo se puede ser silletero. A ellos les gusta y les llama mucho la atención”.

En 2014 María Alejandra Colorado cargó la silleta ganadora en la categoría junior del 57 del Desfile de Silleteros. Era una silleta tradicional. A ella le gustaría volver a desfilar, pero todavía no tiene un contrato de participación como adulta.

Mario Ríos, su abuelo, es campesino. Construyó su casa ladrillo por ladrillo, crío cerdos, vacas, gallinas y le arrancaba a la tierra hasta 50 bultos de papa a la semana. “Eso se acabó, el negocio hoy es hacer casas para alquilar, pero eso a mí no me gusta”, dice don Mario.


¡Qué silleta, maestro!

Los estudiantes de la Merceditas Gómez Martínez quieren mucho a su 'coordi'.

Es zootecnista y fue vendedor de productos agrícolas
. Se recorría en moto todo el Oriente antioqueño buscando nuevos clientes. Su gran carisma lo ayudó mucho en esta tarea.

Una vez fue a un colegio del Carmen de Viboral a ofrecer sus productos. Por cosas de la vida terminó dando charlas y dirigiendo talleres prácticos para los jóvenes. Tenía madera de profesor.

Un profe con mucho carisma.

Jonathan, sobrino, y Mauricio, tío. El primero es un apasionado por las finanzas y el segundo por la docencia.

En el jardín de la tía Rosa.

Mauricio Londoño es uno de los silleteros más queridos por los niños (foto archivo personal).

Hoy es el coordinador de la sede Eterna Primavera de la Institución Educativa Merceditas Gómez Martínez. No lleva mucho tiempo allí, pero se nota que los muchachos lo quieren mucho. Los más pequeños corren a abrazarlo.

“Tener un hijo te cambia la vida. Sobre todo una hija mujer. Te vuelves más querendón y aprendes a no despreciar el cariño de un niño. Para ellos es muy importante que les devuelvas el saludo, se sienten importantes”.

Mauricio Londoño es de una gran familia silletera. Fue el ganador absoluto del desfile en 2005 y 2013, pero él prefiere hablar de los triunfos de toda la familia: su hermano Diego también logró el título en 2009. Otro hermano, Felipe, fue el inventor de la silleta con mecanismos (lo que ha generado discusiones sobre la tradición y la innovación en la cultura silletera).

El primo Jonatan explica en un videoblog cómo hacer operaciones financieras en el mercado de futuros. Entre todos están haciendo este año 11 silletas para el desfile, algunas más para empresas y otras para los turistas. En su casa recibieron a una francesa que recorre el mundo buscando festivales de flores para ser la mejor florista de Quebec, Canadá.


El silletero del jardín gigante

Las obras de ciudad necesitaban un silletero.

“En el colegio, yo era el que animaba las fiestas y las reuniones. Un profe me dijo que tenía talento para la comunicación social. Yo ni sabía que eso existía, pero me fui dando cuenta que era lo mío. Hoy madrugo hasta los sábados y domingos si es necesario, porque me apasiona este cuento”.

Trabajar en comunicación para el desarrollo lo ha llevado a recorrer toda Medellín, sobretodo la ladera oriental, donde hoy se concentran las obras del Jardín Circunvalar.

Los silleteros de Santa Elena están presentes en el Jardín Circunvalar de Medellín.

"Yo trabajo sábados y domingos, me encanta lo que hago" (foto archivo personal).

Martín también ha investigado su herencia campesina en varios proyectos académicos (foto archivo personal).

¡Pa' lante muchachos! (foto archivo personal).

"Desde los 12 años soñaba con cargar una silleta" (foto archivo personal).

Además se ha tomado el tiempo para reflexionar sobre la cultura silletera. Ha trabajado en proyectos de investigación (como el Plan Especial de Salvaguardia, que es la hoja de ruta para proyectar la cultura silletera a futuro) y ha organizado tertulias para recuperar la tradición oral de los campesinos.

“Yo a veces me pregunto por qué no estudié agronomía o ciencias del campo. Pero llegué a la conclusión que se puede hacer mucho por el campo y la cultura silletera desde otras áreas. Necesitamos silleteros contadores, administradores, comunicadores, agrónomos, diseñadores industriales…”

Martín Atehortúa impulsa junto a varios campesinos de Santa Elena la instalación de silletas vivas en el Jardín Circunvalar de Medellín. “La gerente de la EDU creyó en este proyecto de apropiación social de las obras a partir de la cultura silletera y campesina”.

“Las actividades cotidianas del campesino, que antes era la base de su productividad, hoy las vemos como manifestaciones culturales. En las fincas silleteras muestran esa vida, pero ya no la practican, porque la vocación económica de Santa Elena se ha transformado mucho en los últimos años”.

Desde niño, Martín se moría por cargar una silleta. “Yo admiraba mucho a Chemo, sus silletas emblemáticas me encantaban. Por eso me decidí por la emblemática, porque puedo llevar un mensaje claro, con toda la carga social y simbólica”. Hoy Guillermo Ramírez, Chemo, trabaja de la mano de Martín para llenar de flores el jardín más grande de Medellín.


¿Cómo se conserva la cultura?

Es un hecho, los silleteros son patrimonio cultural de la nación. El origen campesino de la cultura silletera es para muchos su ingrediente primordial, porque el silletero auténtico es trabajador y amante de la tierra.

Pero querer congelar para siempre una manifestación cultural es negar otras posibilidades. Juan David, Alejandra, Mauricio y Martín con claros ejemplos de cómo la herencia campesina se va mezclando con la modernidad para crear otras formas de ver el campo y conservar la cultura campesina en el Valle de Aburrá y el Oriente.


miércoles, 8 de julio de 2015

De mi jardín solo queda ceniza: los incendios forestales sí te afectan

Aunque no te haya tocado respirar el humo y barrer las cenizas que llovieron por más de una semana sobre Buenos Aires, todos los habitantes de Medellín perdimos miles de metros cuadrados de un bosque verde, húmedo, lleno de animales y de aire limpio.

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.
Fotografías: David Castaño.


RECORRIMOS ESTA ZONA A PIE, buscando a la gente que vive cerca de este lugar (vecinos de Santa Elena, el Seminario, Caunces de Oriente, Quinta Linda, Bomboná, Cataluña, La Asomadera, Loreto y Las Palmas) y les preguntamos cómo les afectó este desastre ambiental.


Los que ya no están

Arnoldo Cardona vive en Palmas de Cataluña, en el límite entre la ciudad y el bosque. Fue técnico electricista, pero hoy se dedica a fabricar alimentos artesanales: pesto, vinos y otros licores. En un cuadrito de tierra tiene moringa, romero, albahaca, ruda, penca sábila y otras plantas aromáticas.


“Cataluña no fue la zona más afectada pero hasta acá llegó la ceniza y el humo, tuvimos dolor de garganta y nos tocó irnos varios días. La pérdida es incalculable: iguanas, sapos, serpientes, guacharacas y toda clase de pájaros, ya no están”.


“Puede que hayamos sido víctimas del clima, de un accidente, de criminales, pero el tema de fondo es que hay que mejorar nuestra planeación ambiental. Medellín es muy susceptible a la contaminación y si queremos una ciudad sana, necesitamos más bosques. También más profesionales que los cuiden, como ocurre por ejemplo en el Parque Arví”.


Cremas a mil

Rosalba Castaño vive cerca de “Las Torres” a mitad de camino hacia el Mirador de La Paloma, en Santa Elena. Está encargada de cuidar las grandes antenas de telecomunicaciones de Caracol, RCN y el Minuto de Dios. También le vende cremas de mora, coco, salpicón y maní a los caminantes que van hacia La Paloma.


“Como a las 5 de la mañana tocó levantarnos a apagar el fuego con manguera, para que no se nos metiera al terreno. Casi no podíamos respirar. Sentimos miedo y tristeza. Los bomberos venían todos los días y trabajaban mucho, pero se iban por la tarde, por que es peligroso trabajar de noche en la montaña”.



Pájaros muertos

A Luis Fernando Barrera le llegó el fuego a 2 metros de la casa. Trabaja como mayordomo de un predio en la zona afectada por el incendio. Vive con su mamá, su mujer y una hijita de menos de un año. También tiene un perro, un gato y una pequeña huerta.


“Por aquí el fuego estuvo prendido 15 días. Nos dió mucho miedo y tocó evacuar porque las llamas llegaron muy cerca. También se quemaron varias mangueras que nos traen agua desde el nacimiento. A mi me dolió porque quiero mucho a la naturaleza. Aquí cerca encontré 7 pajaritos chamuscados”.



Una historia sin foto

Claudia, una caminante que nos encontramos, vive muy cerca del bosque. Iba con su compañero cuesta arriba.

“El incendio lo sentimos. Nos tocó respirarnos todo el humo. No nos dió miedo, sino tristeza. Nosotros venimos aquí desde hace 20 años, cuando estábamos en la escuelita y buscábamos moras silvestres. Pero todo se acabó por las obras de construcción y el incendio. Este era nuestro bosque encantado, pero ya no es lo mismo”.


Una ola de fuego

Este año llevamos 656 incendios forestales en Medellín. En los dos últimos meses llegamos a 158 incendios y más de 40 mil metros cuadrados de vegetación convertidos en ceniza. Esta ola de incendios nos ha dañado el aire y la ropa, nos ha dado tos, nos ha obligado a irnos de la casa. Nos ha quitado espacios verdes, a nosotros y a miles de animales. Perder nuestros bosques es algo que no podemos permitir.

Por su parte, el Área Metropolitana declaró la emergencia ambiental y destinó 1020 millones de pesos para fortalecer la labor que realizan los cuerpos de bomberos del Valle de Aburrá, con equipos especiales de atención de incendios forestales.


Luis Guillermo Saldarriaga trabaja para el Jardín Botánico. El día que fuimos a caminar por la zona afectada por el incendio, Luis Guillermo y otros compañeros suyos estaban haciendo recorriendo el lote contiguo a Palmas de Cataluña para rescatar los árboles plantados por el Municipio. Había mucha basura de la gente que viene a disfrutar de la vista de la ciudad y la maleza había prosperado sobre los árboles jóvenes.


¡Qué vuelva la eterna primavera!

Los bordes de nuestra ciudad están viviendo tensiones: ambientales, por la sequía y las lluvias más pronunciadas. Sociales, por el aumento de la población y la necesidad de tierras para construir. Económicas, por la valorización de algunos predios y las grandes obras que están transformando nuestra ciudad.

Para construir entre todos una ciudad más sostenible, tenemos que reconocer la importancia que tienen los bosques para la conservación de nuestra fauna y flora, para retener la humedad durante las sequías, para respirar un aire más limpio. ¡Empieza por cuidar los árboles que tienes cerca a tu casa!


miércoles, 1 de julio de 2015

El cómic independiente en Medellín: los trazos de una generación

Los cómics, historietas y tiras cómicas nos divierten a todos. Pero este mundo es muchísimo más rico que un par de chistes al final del periódico.

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.


ESTAMOS VIVIENDO LA SEGUNDA EDAD DORADA DEL CÓMIC: de unos años para acá se han venido publicado obras tan calidosas, que han puesto las historietas al mismo nivel de las bellas artes y la literatura.

En Medellín hay una escena importante: lectores, libros, sitios web, comunidades, eventos, autores y algunos negocios.

El cómic es tan versátil como el cine y en Medellín hay para todos los gustos: están los aficionados al manga y el cosplay japonés, los seguidores de las grandes historias de superhéroes, y los autores experimentales, herederos del cómic independiente de hispanoamérica y Estados Unidos.


El nacimiento de una estrella

¿Estamos viendo nacer una industria del cómic paisa, o al menos colombiana, con identidad propia? ¿Se podrá algún día vivir de esto?

Hablamos con 4 personas que tienen un papel (y una pluma) destacada en el medio del cómic local, para conocer su opinión:

  • Johny Benjumea, “Joni B”: artista, profesor de artes visuales, autor del libro Parque del Poblado y del blog Podría ser que sí.

“Joni B” es de San Carlos, Antioquia, ha publicado libros de cómic como “Maldito planeta azul”y “Parque del Poblado”.

“Fin de semana”, un cómic de Joni B en su blog “Podría ser que sí”.
“Machos”, un cómic de Joni B en su blog “Podría ser que sí”.


El cómic en Medellín

Pablo Pérez (Altais) dice que en ciudades como Medellín, Bogotá, Cali, Manizales y Pereira, sí hay una escena del cómic sana y en crecimiento.

“Los autores están explorando el relato autobiográfico, pero nos faltan espacios para contar historias. Si hablamos de industria editorial, la escena es adolescente. El mercado son los amigos y los conocidos”.

Daniel Jiménez, director de la Revista Larva, dice que la escena es incipiente pero que hace 10 años ni siquiera existía. Había lectores y autores, pero no un ecosistema como el de hoy.

“El reto es atraer nuevos lectores además de los que ya son apasionados por el cómic. También crear obras contundentes y ambiciosas, que aprovechen todo el potencial del lenguaje del cómic para resonar con el público”.


¿Sí hay público para nuestros cómics?

“Hay pocas cifras y estudios, son más las especulaciones, el ensayo y error”, dice Daniel Jiménez, director del festival Entreviñetas (que realizó más de 80 eventos en 3 ciudades el año pasado).

Altais, por su parte, dice que en la ciudad hay gente dispuesta pagar 20 mil pesos por una historieta gringa, pero no comprarían el fanzine de un autor local que vale la mitad. “Quizás a los autores nos falta pensar en términos de producto, de crear una experiencia, porque el cómic también es una forma de entretenimiento”.

El público es complicado en toda Colombia, pero sobretodo en Medellín, dice Álvaro Vélez (Truchafrita). “Acá un libro en 10 mil pesos es muy caro, cuando en Bogotá los libreros dicen que le subamos”. Johny Benjumea (Joni B), concuerda: “aquí no estamos tan dispuestos a pagar por un cómic, siempre buscamos lo regalado”.



Pablo Pérez firma como “Altais” sus trabajos como dibujante de cómics. En su blogPeriodista Ilustrado reúne sus trabajos de narrativa e ilustración.


“Bienvenidos a la tierra del café”, una caricatura de Altais en su blog “Periodista Ilustrado”.

“Hacer una historieta”, un cómic de Altais en su blog “Periodista Ilustrado”.


La batalla de las plataformas

Hoy podemos encontrar cómics en periódicos, revistas, fanzines, libros de pasta dura,ezines (fanzine digital), blogs y librerías virtuales.

Altais, por ejemplo, lee y publica en digital “en Medellín hay mucha gente leyendo cómics de Estados Unidos y Japón en Internet. Yo descargo muchos en .pdf y los leo en mi celular o mi portátil. Por eso todo mi trabajo también está en línea”.

Pero también se hacen esfuerzos por imprimir cómics. Robot, por ejemplo, es la editorial que co-fundaron Truchafrita, Joni B, y otros más. “Nuestros libros se pueden conseguir en Medellín en las librerías Palinuro, Ex-libris y Grammata, y en Bogotá con la distribuidora La Diligencia.

“El lector de cómic -dice Daniel Jiménez- no se queda en una sola plataforma: esomnívoro. En Colombia, los espacios alternativos han sido más generosas para los autores ya que el terreno más tradicional renegó durante muchos años del cómic. Hay más caras en fanzines y en internet”.


Un cómic con verraquera

Para el director de la Revista Larva, Daniel Jiménez, el autor de cómic se encuentra hoy en un cruce de caminos y referencias. “Como el reto no es solo gráfico, sino también narrativo, hay que valerse de referentes en la literatura, el cine, la música, las artes visuales y el diseño”.

“Algunos recogen abiertamente las influencias del cómic extranjero para contar historias de acción, superhéroes y ficción científica. Otros, aunque también se alimentan de esos referentes, se atreven a experimentar un poco. Un tercer grupo es abiertamente experimental y crea un estilo personalísimo, más concentrado en la historia que en la espectacularidad de la imagen.

Todos esas apuestas son válidas y hacen su aporte en la consolidación de una escena del cómic con dibujantes, autores y lectores. “Pero yo me atrevo -dice Daniel- a afirmar que el último grupo ha logrado las transformaciones más importantes en el cómic colombiano (y mundial) en los últimos años”.

Álvaro Vélez es historiador, da clases en la Universidad de Antioquia y le encanta dibujar cómics, además lleva más de 20 años haciéndolo. Firma como Truchafrita.

“Otro cómic listo”, un cómic de Truchafrita en su sitio web.


“Detective Muñoz contra medio país”, un cómic de Truchafrita en su sitio web.


¿Vamos para una industria cultural del cómic?

En nuestro país hay autores destacados, para la muestra:


Sin embargo hay un limitado desarrollo de negocios en torno a este mercado. Uno de los proyectos más destacados en Medellín es la Editorial Robot, que ha publicado autores de cómic independiente, ilustración y libros-álbum (los que los niños usan para aprender a leer, pero que también le encantan a los adultos).

Robot empezó a editar libros que se fueron vendiendo bien. “En esa época no tuvimos en cuenta que la distribución es muy costosa (más de la mitad de los costos de la editorial). Vendimos libros en 15 mil pesos, que teniendo en cuenta la distribución deberíamos haberlo cobrado 10 mil pesos más caro”.

“Los libros se venden -dice Truchafrita por su parte-, alcanza para financiar la edición de otro libro. Editamos 2 o 3 libros al año, y nuestro catálogo es de 30 títulos, con tirajes de mil ejemplares. Otras editoriales, con más gente y más capital podrían hacer todos esos títulos en un solo año”.


Pablo Pérez “Altais” tiene una gran colección de cómics en formato digital, para ver en su celular móvil o portátil.

Revistas que acogen al cómic colombiano, algunas especializadas como Larva y Acme. También algunas ediciones ganadoras de becas de creación.


Ediciones especiales de cómics estadounidenses, europeos y japoneses, de la colección personal de Pablo Pérez “Altais”.

Libros de cómic editados en Colombia (y también se coló un fanzine). Para producir estos libros y distribuírlos se necesita mayor capital.

Fanzines de autores colombianos. Este formato es más barato y el autor lo distribuye por su cuenta.


¿Para hacer cómics hay que ser buen dibujante?

El dibujo es lo que a primera vista diferencia un cómic de otros, así que la creatividad es importante: cada historia necesita una solución gráfica original.

Joni B es artista plástico y sabe emplear varias técnicas, análogas y digitales. “Es un asunto personal, cada autor trabaja a su manera: mis originales son completamente análogos, pero también se puede dibujar en papel y luego agregar color y textos en digital, o dibujar directamente en el computador”.

A sus estudiantes del Instituto Bellas Artes les dice que hay que dibujar muy bien, pero sobretodo hay que ser un buen narrador.


La historia es el alma del cómic

Los cómics no son solo chistes o acción, hay toda clase de historias: de crítica social, históricas, de ciencia ficción, autobiográficas, entre otras.

Altais dice que una buena historia lo es todo. “Una cosa es la historia y otra la solución gráfica: es más importante lo primero”. Como lectores es probable que aceptemos casi cualquier dibujo si la historia es buena y nos llama la atención, pero ni el mejor dibujante puede rescatar una mala historia.

Truchafrita, por su parte, ha editado a varios autores locales de cómic y ha sido jurado en becas de creación artística. Para él, “lo más importante es que el autor sea sincero consigo mismo. Si no, no conseguirá contar una buena historia.”

Además, recomienda hacer muchos fanzines (publicaciones a baja escala, baratas, que el mismo autor puede editar y distribuir). “Hay muchos que se queman intentando hacer un libro, en vez de hacer fanzines para aprender a escribir, a dibujar, a usar programas de diseño, a editar una publicación y distribuirla”.

“La distancia entre extraños” es un libro de ilustración de Mónica Naranjo Uribe, publicado por la Editorial Robot de Medellín.


“El cuy Jacobo y el tesoro Quillacinga” es un cómic del autor Ivanquio.


“Luto rosa” es un cómic de Pablo Marín Ángel (El señor Juanito), publicado por la Editorial Robot de Medellín.


“MEH” es un cómic de Lina Moreno, es su trabajo de grado en artes de la Universidad Nacional.


Una nube de moscas es un cómic de la autora MRZ.
Raquel y el fin del mundo es un cómic de Mariana Gil Ríos, publicado por la Editorial Robot de Medellín.

“Pecas” es un cómic (más cercano a los álbumes ilusterados para niños) del autor Jim Pluk.


¿Cómo me vuelvo un historietista fanzinero?

Hay muchas formas de trabajar, no hay fórmulas únicas. Tampoco hay que desesperarse: concéntrate en tu historia y tus dibujos. Haz un fanzine o varios. Destrúyelos. Crea un blog. Escucha las críticas. ¡No hay afán!

Los cómics en Medellín se suelen hacer en 3 escenarios: como trabajos de grado, como proyectos ganadores de una beca a la creación del Municipio, la Gobernación o el Ministerio de Cultura, o como afición, por el disfrute de crear tus propias historietas.
  • Trabajo de grado: desarrolla una propuesta sólida, con una buena historia y una propuesta gráfica coherente. Trata de publicar el resultado en la web o a través de editoriales especializadas, para que tu trabajo no se quede archivado.
  • Proyecto ganador de una beca: preséntate con seudónimo y un buen proyecto, un proyecto ganador. No hay que inventarse algo a una semana del cierre, mejor trabaja todo el año y muestra una obra adelantada. Anticipa las preguntas del jurado y asesórate con gente que también haya ganado.
  • Afición: dibuja y cuenta historias en cualquier momento del día. Publica en un blog o en fanzines. Para tener solvencia económica explora la docencia, el periodismo, la ilustración y la comunicación freelance.

¿Vivirás de esto en el futuro?

“Para hablar de industria cultural -concluye Truchafrita-, hay que editar más autores, tener más catálogo y llegarle a más públicos, también vender más y hacer más distribución. Esto es un negocio: hay que reunirse con clientes, hacer contactos, llevar la contabilidad, pagar una sede. Eso muy importante, pero hay que dejar tiempo para dibujar, que es lo que más nos gusta.

Hablar industrias culturales es hablar de emprendimiento y negocios. A muchos artistas puede no gustarles, y no se trata de volverse comerciante, sino de explorar proyectos junto a gente con perfil emprendedor. Hoy en día, el arte y las historias son una fuente más de desarrollo económico, que algunos saben aprovechar para contar historias de calidad a todo el mundo.


Los retratos de Álvaro Vélez "Truchafrita" y Johny Benjumea "Joni B", que fueron cedidos por ellos mismos, las demás fotos son mías.