viernes, 31 de julio de 2015

La “identidad secreta” de los silleteros de Santa Elena

¿Sabes quiénes están detrás del traje de silletero? Pueden ser tus compañeros de estudio o de trabajo, ¡a qué no te lo imaginabas!

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.


LA CULTURA SILLETERA ES DE ORIGEN CAMPESINO, pero hoy en día muchos silleteros no cultivan sus flores, como sí lo hacían sus abuelos.

Para muchos, el cambio de vocación económica en Santa Elena es una amenaza para la tradición silletera, pero otros creen que la innovación es indispensable para que los silleteros se mantengan en el tiempo.


A toda velocidad loma abajo

A toda en cicla por los caminos de los abuelos.

Le fascina “todo lo que tenga ruedas”. En su cicla de downhill, va a toda velocidad por los caminos de herradura que los silleteros pisaron cientos de veces llevando flores, productos del campo, carbón y leña, para vender en los barrios de Medellín.

Una vez se cayó de la cicla, se dio durísimo y casi se fractura varias costillas. Pero aparte de eso y los raspones de todos los días, se mantiene ileso.

¡Más puntos por salpicar!

Las trochas pantanosas de Santa Elena son un paraíso para hacer downhill.


Las bicicletas son la pasión de este joven santaelenita (foto archivo personal).

La abuela Elisa le ayuda a dejar bien linda la silleta el día antes del desfile.

En el desfile de silleteros, Juan David ha cargado tres veces una silleta tradicional (foto archivo personal).

“Ese Juan David vuela” dice Elisa Londoño, su abuela materna, que participó durante 45 años en el Desfile de Silleteros. Juan David ha cargado 3 veces una silleta tradicional en la categoría junior y las 3 veces ha sido finalista. Sus dos abuelas le ayudaron mucho.

“La silleta tradicional lleva las flores nativas de Santa Elena, pero me gustaría cargar una silleta monumental, porque es la más grande y tiene mayor variedad de flores, algunas exóticas”.

Juan David Gallego sueña con enamorar a más jóvenes de las bicicletas y no descarta estudiar administración. Sus dotes de liderazgo y emprendimiento son evidentes: él ha inspirado a más de uno a practicar el downhill y otras modalidades de ciclomontañismo.

Este año verá desfilar a su papá Juan Alejandro por última vez. Heredará su contrato y volverá al desfile, esta vez como adulto.


Bien pila la silletera

Una futura ingeniera de sistemas con herencia silletera.

La ingeniería es una forma de crear cosas, de solucionar problemas a partir de la creatividad y la innovación”.

Así habla una joven estudiante de ingeniería de sistemas de la Universidad Eafit, muy, pero muy inteligente. Es becada y una de las favoritas de sus profesores. Este semestre desarrolló un software para la contabilidad y trazar las mejores rutas de una comercializadora de flores.

Cultivar claveles de exportación también es una labor delicada y de mucha paciencia.

Alejandra Colorado vive muy cerca de la casa de sus abuelos, campesinos de pura cepa.

Maria Alejandra Colorado en un desfile de silleteritos (foto archivo personal).

Cuando no está pensando en un algoritmo, le ayuda a Doris Ríos, su mamá, en el delicado cultivo del clavel. Doris lleva 10 años mostrando lo mejor de su cultivo en Orquídeas, pájaros y flores.

“Hay jóvenes de Santa Elena que no tienen interés en conservar la cultura silletera. Pero algunos compañeros de la universidad me preguntan que cómo se puede ser silletero. A ellos les gusta y les llama mucho la atención”.

En 2014 María Alejandra Colorado cargó la silleta ganadora en la categoría junior del 57 del Desfile de Silleteros. Era una silleta tradicional. A ella le gustaría volver a desfilar, pero todavía no tiene un contrato de participación como adulta.

Mario Ríos, su abuelo, es campesino. Construyó su casa ladrillo por ladrillo, crío cerdos, vacas, gallinas y le arrancaba a la tierra hasta 50 bultos de papa a la semana. “Eso se acabó, el negocio hoy es hacer casas para alquilar, pero eso a mí no me gusta”, dice don Mario.


¡Qué silleta, maestro!

Los estudiantes de la Merceditas Gómez Martínez quieren mucho a su 'coordi'.

Es zootecnista y fue vendedor de productos agrícolas
. Se recorría en moto todo el Oriente antioqueño buscando nuevos clientes. Su gran carisma lo ayudó mucho en esta tarea.

Una vez fue a un colegio del Carmen de Viboral a ofrecer sus productos. Por cosas de la vida terminó dando charlas y dirigiendo talleres prácticos para los jóvenes. Tenía madera de profesor.

Un profe con mucho carisma.

Jonathan, sobrino, y Mauricio, tío. El primero es un apasionado por las finanzas y el segundo por la docencia.

En el jardín de la tía Rosa.

Mauricio Londoño es uno de los silleteros más queridos por los niños (foto archivo personal).

Hoy es el coordinador de la sede Eterna Primavera de la Institución Educativa Merceditas Gómez Martínez. No lleva mucho tiempo allí, pero se nota que los muchachos lo quieren mucho. Los más pequeños corren a abrazarlo.

“Tener un hijo te cambia la vida. Sobre todo una hija mujer. Te vuelves más querendón y aprendes a no despreciar el cariño de un niño. Para ellos es muy importante que les devuelvas el saludo, se sienten importantes”.

Mauricio Londoño es de una gran familia silletera. Fue el ganador absoluto del desfile en 2005 y 2013, pero él prefiere hablar de los triunfos de toda la familia: su hermano Diego también logró el título en 2009. Otro hermano, Felipe, fue el inventor de la silleta con mecanismos (lo que ha generado discusiones sobre la tradición y la innovación en la cultura silletera).

El primo Jonatan explica en un videoblog cómo hacer operaciones financieras en el mercado de futuros. Entre todos están haciendo este año 11 silletas para el desfile, algunas más para empresas y otras para los turistas. En su casa recibieron a una francesa que recorre el mundo buscando festivales de flores para ser la mejor florista de Quebec, Canadá.


El silletero del jardín gigante

Las obras de ciudad necesitaban un silletero.

“En el colegio, yo era el que animaba las fiestas y las reuniones. Un profe me dijo que tenía talento para la comunicación social. Yo ni sabía que eso existía, pero me fui dando cuenta que era lo mío. Hoy madrugo hasta los sábados y domingos si es necesario, porque me apasiona este cuento”.

Trabajar en comunicación para el desarrollo lo ha llevado a recorrer toda Medellín, sobretodo la ladera oriental, donde hoy se concentran las obras del Jardín Circunvalar.

Los silleteros de Santa Elena están presentes en el Jardín Circunvalar de Medellín.

"Yo trabajo sábados y domingos, me encanta lo que hago" (foto archivo personal).

Martín también ha investigado su herencia campesina en varios proyectos académicos (foto archivo personal).

¡Pa' lante muchachos! (foto archivo personal).

"Desde los 12 años soñaba con cargar una silleta" (foto archivo personal).

Además se ha tomado el tiempo para reflexionar sobre la cultura silletera. Ha trabajado en proyectos de investigación (como el Plan Especial de Salvaguardia, que es la hoja de ruta para proyectar la cultura silletera a futuro) y ha organizado tertulias para recuperar la tradición oral de los campesinos.

“Yo a veces me pregunto por qué no estudié agronomía o ciencias del campo. Pero llegué a la conclusión que se puede hacer mucho por el campo y la cultura silletera desde otras áreas. Necesitamos silleteros contadores, administradores, comunicadores, agrónomos, diseñadores industriales…”

Martín Atehortúa impulsa junto a varios campesinos de Santa Elena la instalación de silletas vivas en el Jardín Circunvalar de Medellín. “La gerente de la EDU creyó en este proyecto de apropiación social de las obras a partir de la cultura silletera y campesina”.

“Las actividades cotidianas del campesino, que antes era la base de su productividad, hoy las vemos como manifestaciones culturales. En las fincas silleteras muestran esa vida, pero ya no la practican, porque la vocación económica de Santa Elena se ha transformado mucho en los últimos años”.

Desde niño, Martín se moría por cargar una silleta. “Yo admiraba mucho a Chemo, sus silletas emblemáticas me encantaban. Por eso me decidí por la emblemática, porque puedo llevar un mensaje claro, con toda la carga social y simbólica”. Hoy Guillermo Ramírez, Chemo, trabaja de la mano de Martín para llenar de flores el jardín más grande de Medellín.


¿Cómo se conserva la cultura?

Es un hecho, los silleteros son patrimonio cultural de la nación. El origen campesino de la cultura silletera es para muchos su ingrediente primordial, porque el silletero auténtico es trabajador y amante de la tierra.

Pero querer congelar para siempre una manifestación cultural es negar otras posibilidades. Juan David, Alejandra, Mauricio y Martín con claros ejemplos de cómo la herencia campesina se va mezclando con la modernidad para crear otras formas de ver el campo y conservar la cultura campesina en el Valle de Aburrá y el Oriente.


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