miércoles, 5 de agosto de 2015

Pa’ la Placita de Flórez: los abuelos en silleta, nosotros en camioneta

El bisnieto de un silletero, campesino descalzo y madrugador, hoy maneja su propiaToyota Hilux. En el volco echa tantas flores, entre hortensias, girasoles y siemprevivas, que su bisabuelo se habría demorado una semana entera en traerlas hasta Medellín.

Reportaje original para MDE Ciudad Inteligente.


A LA PLACITA DE FLÓREZ YA NO LLEGAN LOS CAMPESINOS llevando una silleta colorida. En su lugar, desde muy temprano, llegan carros, camionetas y furgones, ‘silletas mecánicas’, que transportan las flores desde Santa Elena, San Cristóbal y el Oriente Antioqueño hasta los barrios de la ciudad.


¡Esto es madrugando, señores!


A mitad de la madrugada, cuando la mayoría duerme todavía, Juan David Correa se levanta, se alista y sale para la Placita de Flórez en su Dodge verdeazul. A las 4 de la mañana llega al centro de Medellín junto a otra docena de vehículos que traen flores desde las montañas.

Lleva 14 años llevando flores de San Cristóbal hasta la Placita de Flórez y la Plaza de Mercado de La América. Su papá le dejó este oficio como herencia. Él también llevaba flores hasta la Plaza Cisneros, al frente de la Alpujarra, donde hace 58 años nació el Desfile de Silleteros.


“Las flores nos lo han dado todo”


Los papás de Carlos Londoño ayudaron a fundar el Desfile de Silleteros hace medio siglo. Aunque ya no lo acompañan, le dejaron sus costumbres campesinas. Carlos lleva 40 años en el negocio de las flores y 30 cargando una silleta. Además, en su casa, toda la familia construye 7 silletas más para el desfile de cada año.

“Este negocio es de mucha constancia, hay que ser muy cumplido con los clientes. Las flores nos lo han dado todo, hasta el estudio de nuestros hijos”, dice.


El filósofo que ama las flores


Juan Vásquez estudió filosofía y fue profesor, pero su papá lo hizo enamorar de la tierra. Cuando era un niño, lo acompañaba hasta la Plaza Cisneros para vender los gladiolos, las rosas y las hortalizas de su finca en San Cristóbal.

Allí se dedicó al cultivo de los narcisos, “las flores con más energía”, y los lleva hasta la Placita de Flórez en su Jeep Toyota. También cultiva eucalipto monedita, papiros, aster, solidago y otros ‘follajes’ que no pueden faltar en un arreglo floral.


“Pásese por nuestra floristería”


Camilo y Andrés viven en Santa Elena. En una Toyota Hilux blanca como la nieve, llevan flores para las floristerías de la familia en Belén y El Poblado. En esos barrios mucha gente les compra arreglos florales para sus casas.

A los 2 les gusta este negocio a pesar de que toca madrugar mucho. Les preocupa más el calor, que puede dañar las flores más delicadas, o cuando las ventas no se mueven, porque las flores se van marchitando y se pone en riesgo parte de la producción.


Una silleta con 130 caballos de fuerza


Juan Pablo Hincapié se encarama en la camioneta de su tocayo Juan Pablo Sánchez para acomodar las flores que van para las floristerías de El Poblado.

Los 2 son de Santa Elena y de herencia silletera. En 2015 Juan Pablo Sánchez va a ajustar 8 años participando en el Desfiles de Silleteros. El resto del año lleva flores desde su finca, en la vereda San Ignacio, hasta la Placita de Flórez, igual que sus antepasados, solo que Juan Pablo lo hace en una Dmax plateada de 130 caballos de fuerza.


¡Cómo cambiamos en 50 años!

Ser silletero era una forma de ganarse la vida. Aunque todavía hoy la gente compra flores, para la mamá o para un ser querido que ya no nos acompaña, ya nadie carga una silleta todos los días para traernos flores de la montaña.

Algunos hijos, nietos y bisnietos de los silleteros de Santa Elena y los campesinos de San Cristóbal, todavía salen adelante con el oficio de las flores. Claro está, las transportan con ayuda de un vehículo, pero el resultado no es menos bonito.

Pásate un jueves, bien temprano, por la Placita de Flórez, para que vea con sus propios ojos las filas de carros abarrotados de flores y la herencia campesina que todavía hoy se respira en Medellín.