sábado, 9 de diciembre de 2017

“Producir cine es pre-producir”: RARA Colectivo Audiovisual

Medellín se está consolidando como una ciudad que quiere hacer cine, muestra de ello son los éxitos de una nueva generación de autores como Simón Mesa (“Leidy”, 2014 y “Madre”, 2017) Juan Sebastián Mesa (“Los Nadie”, 2016) Laura Mora (“Matar a Jesús”, 2018) y Catalina Arroyave (“Los días de la ballena”, inédita), entre otros.


Catalina Arroyave y David Correa de RARA Colectivo Audiovisual. Foto: MadLove.


UNO DE LOS ASPECTOS MÁS RELEVANTES para fortalecer nuestra producción cinematográfica es la pre-producción: si esto se hace bien, el equipo de trabajo se va a evitar muchos dolores de cabeza durante el rodaje, momento en el que las energías deben estar enfocadas en aspectos más técnicos y creativos.

Este fue el tema de la charla “Producir es pre-producir” a cargo de David Correa y Camilo Escobar, miembros RARA Colectivo Audiovisual y del equipo líder que trabajó junto a Catalina Arroyave en “Los días de la ballena”. Esto, en el marco de “Cortos de largo alcance LAB”, una serie de talleres y conversatorios donde estos jóvenes cineastas compartieron sus experiencias en el arte de hacer cine.


¿Qué se hace en la pre-producción de una película?

Hay muchos procesos importantes antes de empezar a rodar: ajustar las fuentes de financiación del proyecto, realizar uno o varios planes de rodaje, determinar las necesidades de cada uno de los departamentos, buscar locaciones, hacer casting y ensayos con actores, formalizar contratos y todos los aspectos legales, hacer pruebas técnicas y definir el cronograma de trabajo, etc.

David Correa y Camilo Escobar, director de fotografía y asistente de dirección de “Los días de la ballena” (respectivamente) distinguen entre una pre-producción “blanda” y otra “dura”. Y esto varía según cada departamento (producción, dirección, arte, fotografía, sonido, etc.) Veamos esto en detalle...

David Correa y Camilo Escobar.


La pre-producción blanda

Aquí es cuando se deben consolidar unas notas de dirección, las cuales describen el universo narrativo, los personajes, cómo se abordarán las puestas en escena y la estética general del filme. Estas notas servirán de punto de partida para la elaboración de propuestas estéticas por cada uno de los departamentos.

No obstante, durante la pre-blanda se deben a cerrar todas estas propuestas, las cuales se pueden venir trabajando con anterioridad. Vale la pena aclarar que la película puede llevar muchos meses o años de trabajo, pero la pre-producción propiamente dicha comienza cuando ya existe financiación para el proyecto y se puede planear con cierto grado de certeza cuándo será el rodaje, es decir, cuando la producción está a unos pocos meses de distancia.

En este momento se debe hacer el casting y consolidar un equipo de actores, además de hacer ensayos (si el director lo decide) de situaciones o escenas del guion. También pueden ser ejercicios de actuación no relacionados con la historia que se quiere contar, en especial cuando se trabaja con actores no profesionales. Este fue el caso de “Los días de la ballena”, donde los actores aportaron diversos elementos narrativos durante los ensayos, que iban enriqueciendo la idea original. Camilo Escobar resalta la importancia de conseguir también a los extras: “son muy importantes, hay que buscarlos con tiempo, no dejar eso para el final o para el rodaje, cuando ya no hay tiempo de nada”.

En el aspecto administrativo, es importante definir quienes conformarán los equipos técnicos y creativos, hacer bases de datos, contrataciones y hacer según las necesidades de cada uno de los departamentos. El manejo de la información es muy importante, pues como señala David Correa: 


“Es mejor evitar malos entendidos, no dar nada por sentado, confirmar siempre: por eso es bueno dar toda la información posible y de manera organizada, porque de lo contrario el más mínimo cambio puede generar confusiones que van creciendo como una bola de nieve”.

En la pre-blanda también hay que buscar las locaciones y esto es buscar el set donde se va a poner la cámara y los actores, pero también definir dónde se va a comer, dónde se dejan los equipos, si hay parqueaderos cerca, si hay un hospital o un CAI de policía al cual acudir en caso de necesidad. “Para eso nos fue muy útil el street view de Google Maps” dice Camilo Escobar, “pues podíamos hacer scouting, es decir, búsqueda de locaciones, desde la oficina, durante las pausas activas”.

En esta etapa además se define un guión técnico y un storyboard, los cuales pueden ser muy útiles en términos de producción, pues para un plano determinado se puede decidir, por ejemplo, que no es necesario conseguir una locación, sino que se puede falsear en otra locación más fácil de encontrar. Por otro lado, pero no menos importante, hay que construir uno o varios planes de rodaje, pues siempre hay que tener plan A, B, C y D, sino más. 

“Para eso es muy importante tener en cuenta la energía del equipo”, dice Camilo Escobar, “hay que regular los tiempos de trabajo durante cuatro o cinco semanas de rodaje, de manera que el equipo aguante el ritmo y tengan energías hasta el final”.




La pre-producción dura

Aunque seguro quedan faltando cosas por mencionar sobre la pre-blanda, es hora de pasar a la pre-dura. Aquí ya hay que empezar a definir asuntos logísticos como el transporte del equipo de trabajo y la alimentación. Eso puede parecer distante de los aspectos creativos del cine, pero es determinante para que el trabajo creativo en sí tenga la atención que se merece.

“Para ‘Los días de la ballena’ nosotros diseñamos unas rutas de transporte: a todo el equipo lo recogían en la casa, como si fuera un colegio”, dice David Correa. “En cuanto a la alimentación”, continúa “hay que tener en cuenta que hay vegetarianos, o gente sensible con ciertos alimentos, entonces hay que buscar opciones para ellos, para que no se vayan a buscar comida durante el rodaje, lo cual nos haría perder tiempo y dinero”.

En la pre-dura también se deben hacer pruebas técnicas con la cámara, la óptica elegida y las luces. También con los actores, cada uno de los vestuarios que van a usar y el maquillaje que necesitan. “Nosotros incluso cronometramos el tiempo que se demoraban los personajes en ser maquillados, de forma que pudiéramos planear mejor el rodaje”, cuenta David Correa.

Aquí también se hacen avanzadas de arte y fotografía, sobretodo cuando la locación se debe preparar antes del rodaje. Se hace construcción de sets, utilería y vestuario. Además se hacen todas las compras que sean necesarias. También se elaboran materiales previos.


“Por ejemplo si un personaje ve una fotografía de su familia, hay que tomar esas fotos desde antes, o si mira un televisor, hay que pensar qué es lo que va a ver, así sea algo aparentemente casual y producirlo si es necesario, pues esos detalles se convierten en elementos narrativos importantes”, dice David Correa.

“Otro punto es lo que nosotros llamamos ‘seteos de locación’, es decir, pensar con anterioridad qué es lo que queremos en cada locación” dice Camilo Escobar. “Hay que preparar la marcación de los actores, ensayar los movimientos de cámara (puede ser hasta con el celular) y planear dónde va a estar la base de producción, donde se van a hacer cada uno de los departamentos, dónde están los baños, los parqueaderos, las rutas de acceso, y algo muy importante: preparar a la comunidad vecina". 


"Es algo muy sencillo, dice Escobar, si uno se parcerea a la comunidad, pues no se van a sorprender cuando lleguemos con un camión lleno de equipos y un montón de técnicos y actores, sino que se van a convertir en aliados, casi que en otros asistentes de producción, que nos pueden colaborar con muchas cosas, hasta siendo extras”.

Ahora sí, a rodar

Si se hace una buena pre-producción, el camino está allanado para hacer una buena película. Además, “si cada departamento es juicioso en la pre-producción, van a hacer respetar su trabajo y van a tener criterios para tomar las decisiones correctas durante el rodaje”, concluye David Correa.

Para hacer cine hay que tener agallas, ser arriesgado, pero también ser inteligente y planear. Como dice la sabiduría popular: lo que se planea, no se improvisa. Medellín está en camino a construir una industria del cine, lo que nos ayudará a madurar como sociedad y nos permitirá contar nuestras historias. Por ahora, esperamos a que se estrene “Los días de la ballena” de Catalina Arroyave y RARA Colectivo Audiovisual, a quienes puedes seguir en su cuenta de Facebook:


¡Muchos éxitos para el cine local!

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